Grupo Díaz- Una historia de éxitos
En 1950 el Sr. Francisco Osvaldo Díaz llega de España con la idea de consolidarse con su
familia y en poco tiempo se inicia en la comercialización de vehículos usados.
Con el paso de los años y el desarrollo constante del negocio se suman sus tres hijos: Miguel,
Vicente y Emilio. Veinte años después en virtud del buen desempeño comercial y el anhelo de
crecimiento consiguen la concesión de la marca Renault. En 1979 fundan Francisco Osvaldo
Díaz S.A. en la Av. Álvarez Thomas 1489, Capital Federal, siendo hasta el día de hoy la actual
sede central.
El esfuerzo conjunto de la familia, apoyado en la filosofía de negocios que prioriza el crecimiento
sostenido, y el cumplir siempre con la palabra empeñada, es lo que logro posicionar a Francisco
O. Díaz .S.A. como líder en ventas y servicio de la red de concesionarios Renault / Nissan. Una
vez consolidado el crecimiento en la marca Renault, y con el management profesional adecuado,
toman la concesión de la marca Fiat. En 1996 fundan Auto Generali S.A., siendo en la actualidad
el concesionario líder de la marca italiana. En 1997 forman Forest Car S.A. concesionario
Generals Motors (Chevrolet y Suzuki). En el año 2003 fundan Auto Special S.A. concesionario
Ford. A partir de este año gracias a la fuerte estrategia comercial y apostando a la recuperación
de la economía del país, se realizaron importantes lanzamientos y anuncios.
Luego de varios acercamientos entre Volskwagen y el Grupo Díaz, que tuvieron un resultado
exitoso, en el año 2009 se dieron las condiciones necesarias para el lanzamiento y apertura del
concesionario Volskwagen. A partir de julio 2009, se abren las puertas de Autotag SA
comenzando con la comercialización de automóviles VW.
Hasta aquí los avala una historia rica en compromiso, respeto esfuerzo y pasión por el trabajo.
Hoy el grupo Díaz es un conjunto de empresas, conformadas por mujeres y hombres liderados
por Miguel Díaz y Adrian Díaz como co - fundadores y accionistas, pero con el futuro
enmarcado en las manos de sus hijos para que la mística nunca se detenga.
